Mi 2016

¡Hola a todos!¡Feliz navidad!Este es mi penúltimo post del año donde recapitulare todas las cosas que aprendí. Calificaré estos meses llenos de aprendizaje, catarsis, resilencia, logros, amor, compañia, metas, sueños, consejos, obstáculos, amigos y, lo más importante, familia.


Sin Tanto Drama:

Aunque fue una de las mejores épocas de mi vida, hasta los momentos, la emisora como el programa dieron pie a mi vida laboral. 

Sin tanto drama fue la base de lo que hoy en día veo como sueño y meta. Después de un año y tres meses armando una transmisión de una hora, de lunes a viernes, donde distintos emprendedores dedicados a diferentes sectores de la producción daban a conocer sus productos a través de un medio auditivo. Conocí un concepto diferente del talento que se unía a un movimiento que ya tenía un camino listo en Venezuela. 

El foco principal era la moda, pero la gastronomía, tecnología, ecología, artesanías, entre otras cosas, también daban vida al programa. Sin embargo, cuando salimos del aire por razones personales, sentí que era el comienzo de una nueva etapa en mi vida.

Té con Acento:

Al momento que sale el Sin tanto Drama del aire, otro propósito llega a mi vida de manera breve. Para la universidad, en la cátedra de Gestión Cultural, nos enseñan la importancia de las políticas culturales para un país. Creo que varias veces he dejado claro mi posición sobre lo que está pasando Venezuela y como podemos ayudar al que país prosiga

En fin, volviendo al tema, una de las asignaturas para la materia era hacer un evento y con importancia social. Yo quería hacer algo de la misma línea editorial de Talento con Acento, y luego de varias lluvias de ideas, se me ocurrió Té con Acento. 

No solo fui yo quien organizó la tarde de té, sino Michelle Rey y Valentina Abreu también estuvieron conmigo. Se suponía que era una tarde de té inglés con el objetivo de escuchar los testimonios de otras personas para que la retroalimentación,y las alianzas se realizarán en el conversatorio. Este evento fue mejor de lo que esperabamos. Aunque fue estresante y pesado, valió la pena mostrarlo después por las redes sociales. A partir de ahí, mis propósitos habúan cambiado.


Periodismo:

Entre todas estas, Sin tanto drama y Té con Acento fueron proyectos que reconocieron al otro, su talento, a su habilidad de crear; sin embargo, no representan esa población que quiere gritar pero que no puede.  
Escogí la "concentración" de periodismo, -en otras universidades sería impreso-, por la misma razón que me unió al blog. 

Existe, en Venezuela, Latinoamerica, el mundo, un grupo de personas, más grande de lo que creen, que no habla por miedo a la represión, por miedo a las amenazas, por miedo a los entes poderosos que dominan territorios a través de su ideología. Las ideas son poderosasEse miedo estanca no solo a una persona, sino a grupos que se sienten débiles al alzar su voz. ¿Cómo puede ser eso posible? ¿Por qué los demás se vuelven fuertes a costas de los débiles? 

Es una misión. Es un objetivo. Reconocer al otro es tan importante que nos olvidamos de hacerlo. 
Entonces, al estudiar periodismo y trabajar de ello, me han abierto otros caminos que me motiva a ser una buena persona y luchar por lo que quiero.

Este año aprendí que extrañar a las ausencias solo nos recuerda los felices que fuimos, pero que vivir esos momentos nos preparan para otras cosas. Aprendí que las personas son muy buenas por interés, pero también son susceptibles por sus miedos. Aprendí que todos tenemos fantasmas que queremos superar y lidiamos con eso todos los días. Que tenemos miedo a sentir y a creer, que el miedo de represión vive en nosotros aunque seamos libres. 

La desmotivación es el primer factor que influye en nuestros proyectos. Nos decaemos al toparnos con el primer muro que nos obstaculiza, pero que cada vez que lo pasamos somos más fuertes; que la zona de confort es genial, pero salir de ella es un proceso de dolencia.

Que las personas que nos hacen daño no tienen un objetivo en especial, sino un complejo de superioridad, que no es de ahora, sino de tiempos ancestrales; que el rencor se transforma en amor cuando aceptamos la resilencia; que como hoy somos humanos, mañana seremos polvo; que no se trata de que materiales dejamos hoy, sino que hicimos para la comunidad.

Esas personas "malas" no son perversas porque nacieron así, sino porque tienen miedo. Miedo a perder, miedo a ser reprimidos; miedo a entregarlo y no recibir nada a cambio. Esas personas les cuesta recibir el concepto de "aliado", se salvan las espaldas porque tienen miedo a ser atacados. No son lo que son, no lo demuestran, solo vemos máscaras, no el verdadero espíritu. Es un alma reprimida. 

Entonces me pongo a pensar, ¿somos nosotros los verdaderos obstáculos de nuestros sueños? La transformación no es algo de un día para otro, sino de un proceso lento. Somos humanos, pero no nacimos completamente inocentes. 











Colección de fotos del 2016 por Talento con Acento, María Antonieta Ascanio y sus aliados.

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